10.10.15

Fomentando la cultura del viaje



Bajo el convencimiento de que estando lejos de casa, fuera de la protección paternal, niños y niñas aprenden más sobre las normas de convivencia y ponen en práctica los valores de la organización, la autonomía, la solidaridad y el apoyo mutuo entre compañeros, el colegio Alexander Von Humboldt promueve la cultura del viaje en sus alumnos. Con esta experiencia, considera que a los estudiantes les resulta más fácil encarar en el futuro los desafíos de la adultez.

La unidad educativa privada desarrolla esta actividad desde 1992. Este año el viaje cultural de primero de secundaria tuvo como destino a Potosí y Uyuni, y fue coordinado entre la Dirección del colegio, los profesores y los padres de familia y responsables de servicios logísticos, con la aprobación de la Dirección Distrital de Educación Sucre.

La coordinación general estuvo a cargo del presidente de la Fundación Hostelling International Sucre, Arturo Zamorano, mientras que el área de salud y primeros auxilios fue responsabilidad del voluntario francés Rémi Chatel. De la delegación participaron 23 niños y niñas, acompañados por dos profesoras y miembros de la mesa directiva de padres.

11 a 13 años, la edad ideal
Según la directora del colegio Von Humboldt, Sandra Cardona, aunque realizan este tipo de viajes hace varios años, las precauciones nunca están de más. Aclara que son parte de esta experiencia únicamente los alumnos de primero de secundaria, porque consideran que a los chicos de entre 11 y 13 años se les puede amoldar y ellos ya tienen la posibilidad firme de discernir qué es bueno y qué es malo, a diferencia de los adolescentes por su natural rebeldía.

Los precoces viajeros de colegio fortalecen sus conocimientos en historia boliviana, forjan nuevas amistades, algunos estrechan más sus lazos afectivos y todos ponen en alto la práctica de valores que en adelante se verán reflejados en su diario vivir, comenta, por su parte, Zamorano.

En Potosí, los alumnos aprendieron sobre la historia de la Villa Imperial; las minas; la explotación de la plata, la importancia del Cerro Rico para América y el mundo; cómo vivía la gente en el periodo de la colonia… Además, visitaron los principales atractivos turísticos de la ciudad.

También conocieron el Salar de Uyuni, el Cementerio de Trenes, la Isla del Pescado, el volcán Tunupa, el cementerio de chullpas, el Centro Minero de Pulacayo, lugares de los que los preadolescentes se trajeron recuerdos que seguramente atesorarán toda la vida.

“Este tipo de experiencias influyó tanto en algunos exestudiantes que, con el tiempo, optaron por estudiar la carrera de Turismo”, comenta a ECOS Cabrera.

Aprendizaje vivencial
Según la profesora de Quecha Tatiana Baptista, la convivencia con los alumnos durante los viajes es muy diferente a la que se tiene habitualmente en una clase. En el aula se conoce a los alumnos por sus apellidos y los profesores se abocan a impartir la enseñanza tradicional, pero en los viajes se abre la oportunidad de conocerlos más a través de sus actitudes, su personalidad y sus ganas de aprender.

“Es importante que los maestros veamos que el contenido de las materias tiene que ser más real, la enseñanza no solo debe ser a través de una imagen”, opina al remarcar que el objetivo de esta actividad, ya institucionalizada, es acercar a los alumnos a la realidad. “Es una forma de aprendizaje más directa”.

También destaca la importancia de motivar a los alumnos a que valoren el sacrifico de sus padres (“ha sido un gran esfuerzo económico y personal para ellos, fue duro tener a sus hijos fuera de casa por tres o cuatro días”), así como apreciar la amistad y la compañía de la familia, el trabajo de los profesores y del colegio.

El padre de familia y a la vez representante legal de la Fundación Hostelling International Sucre, Arturo Zamorano, dice que “tenemos la obligación de apoyar a este tipo de actividades por el bien de nuestros hijos, donde ellos autónomamente se autodisciplinan y adquieren una cultura de viaje”.
Acota que la Fundación tiene mucha experiencia en la organización de viajes culturales y de estudio para que los chicos conozcan nuevos destinos.

Flexibilización
De acuerdo con el punto de vista de Zamorano, las autoridades educativas aplican muchas restricciones a los colegios. Él considera que deberían flexibilizar los viajes con una buena normativa y medidas de seguridad.

La directora Cabrera comenta: “Es una experiencia única porque los padres depositan en nuestras manos al mayor tesoro que tienen: sus hijos. Muchos son muy apegados o dependientes de sus padres, pocos saben manejarse solos, son retraídos o temerosos y pueden introducirse en cualquier situación inesperada. Después del viaje, están un poquito preparados para la vida o salir a otro lugar”.

A los alumnos se les enseñan los diferentes pasos que deben seguir antes y durante el viaje, desde lo más básico como hacer la maleta o tomar su desayuno, hasta cumplir los horarios del itinerario del día.

“Se debería fomentar los viajes de los estudiantes a otros destinos. El aprendizaje en vivo es más provechosos, además se ponen en práctica valores como la solidaridad, el compañerismo y la confianza entre ellos”, refuerza Zamorano.

“Les animo a conocer Potosí”
José Villarroel (12 años), 1° secundaria

“En nuestras casas nos despiertan nuestros padres, mientras que allí cada uno tenía que hacerlo por su cuenta y, si no lo hacíamos, nuestros compañeros nos hacían despertar o lo hacíamos con la radio. Lo que más me gustó de Potosí fue la Casa de la Moneda, porque guarda muchas e interesantes historias de lo que ocurrió allí; también conocí Uyuni. Yo les animo a que visiten Potosí, es un departamento muy hermoso”.

“Me gustó conocer la Casa de la Moneda”
César Menduiña (12 años), 1° secundaria

“Me gustó conocer la Casa de la Moneda, fue una experiencia muy bonita. También visitamos el Salar de Uyuni, vimos cómo transforman la sal, conocimos los trenes que transportaban los minerales. Conocimos los ojos del Salar, las aguas curativas y la Isla del Pescado, donde la gente hacía sacrificios; aprendí mucho. También nos unimos más con mis compañeros; algunos se indispusieron y nos ayudamos entre todos”.

“Había niños pegados a sus mamás”
Ximena Leaño (11 años), 1° secundaria

“El viaje ha sido lindo, había compañeros con los que nunca hablé pero allí compartí con ellos y me di cuenta de que son buenas personas: ahora se convirtieron en mis mejores amigos. Había otros niños pegados a sus mamás y les ayudábamos pasándoles crédito para que hablen con ellas. También jugué fútbol y me ayudaron y apoyaron. Esta experiencia no la cambiaría por nada, aprendí más sobre nuestra cultura y muchos valores”.

“Una vida autónoma y enriquecedora”
Arturo Zamorano, padre de familia

“Es importante salir de casa para conocer nuevos lugares, poner en práctica otros aprendizajes a través de los viajes, conociendo nuevas culturas como la de los collas, cambas, chapacos, chilenos, peruanos, etc. Alentamos a los padres de familia, profesores y directores a que podamos realizar este tipo de viajes, porque a través de ellos se aprende a convivir como hermanos, con una vida autónoma y enriquecedora”.

“Fue una responsabilidad grande”
Rémi Chatel, voluntario de Francia

“Para mí también ha sido una experiencia muy rica e intensa con los chicos, que se portaron tranquilos y amables. Fue una responsabilidad grande porque había que velar por la alimentación de cada uno: se podían atorar, necesitaron el doble de atención. Fue complicado, había que tener paciencia y controlarlos todo el tiempo, se hace sentir la responsabilidad; son jóvenes y no puedes dejar de controlarlos. Es la primera vez que estuvieron sin sus padres”.

“Para que sean grandes hombres y mujeres”
Sandra Cardona, directora del colegio Von Humboldt

“Durante el viaje resaltó el valor del desprendimiento, el amor, la solidaridad y el compañerismo. Los alumnos también estuvieron atentos a situaciones inusuales como la pérdida de objetos, compartir su merienda con otros... Es una experiencia muy enriquecedora; muchos colegios deberían optar por salir, tomando las debidas precauciones. Queremos mejorar la calidad de vida de los niños para que sean unos grandes hombres y mujeres”.


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